
El árbol Myristica fragans se desarrolla en climas tropicales y tiene la peculiaridad de que su fruto alberga dos especias. Al madurar su fruto, parecido al albaricoque, se divide en dos mostrando un grano duro en su interior de forma ovalada. En el centro se encuentra la semilla, la nuez moscada, y a los arilos de color rojo carmesí que la envuelve, se conoce como macis. Al igual que la nuez moscada, el macis se utiliza seco y, aunque podemos encontrarlo en polvo, es preferirlo rallarlo en el momento para disfrutar de todo su aroma y sabor.
Usos culinarios del macis
Tanto la nuez moscada como el macis tienen un sabor parecido y se utilizan de manera similar en recetas de cocina. Podríamos decir que el macis tiene un sabor algo más refinado y menos picante que el de la nuez moscada, aportando, además, un color similar al azafrán en los alimentos.
Precisamente ese sabor algo más suave es perfecto para platos de mariscos, así como en pasteles y tartas. También podemos encontrarlo en muchas recetas de embutidos y salsas para pollo o ternera.
Beneficios para la salud
Además de un aroma refinado pero más intenso que la nuez moscada, el macis tiene más concentración de aceites esenciales, vitamina A, vitamina C, carotenos, hierro y calcio. Y además, ¡tiene menos calorías!
El macis se ha empleado en las medicinas tradicionales chinas e indias para el tratamiento de enfermedades relacionadas con los sistemas nervioso y digestivo. Se ha descubierto que los compuestos de esta especia, como la miristicina y la elemicina , tienen propiedades calmantes y estimulantes para el cerebro. Otro de los aceites esenciales, el eugenol, se ha utilizado en odontología para aliviar el dolor de muelas.