
El ajo es uno de los ingredientes más populares en la cocina con infinitas recetas que lo incluyen. No solo lo consumimos fresco sino que también podemos utilizarlo en polvo, en gránulos o en láminas. En todos los casos, los ajos se cortan en rodajas finas y se secan, triturándolos para obtener ajo en polvo o en gránulos.
El ajo en polvo agrega complejidad y umami a los platos, siendo en ciertos casos incluso mejor que fresco. Además, es ideal para mezclar con otras especias como por ejemplo una mezcla de especias para barbacoa o añadirlo a harina para cocinar pollo frito. A continuación veremos una manera sencilla de preparar nuestro propio ajo en polvo casero haciendo uso del horno.
Pasos a seguir para preparar ajo en polvo casero
- Pelar y lavar los ajos. Secarlos muy bien con papel de cocina o un paño limpio.
- Extienda el ajo rallado en una para horno.
- Precalentar el horno durante 10 minutos a 100 grados y mantener la bandeja en el centro. Hay que ir mirando y revolver de vez en cuando. Irás percibiendo ese olorcillo a ajo asado.
- En unas 5 horas deberá estar hecho.
- Retire la bandeja del horno y déjela enfriar. El ajo seco ahora estará en forma de gránulos.
- Una vez frío el ajo, podremos moler los gránulos en polvo mediante el molinillo que usamos habitualmente para las especias,
- Cuando se enfríe, guárdelo en una botella de vidrio y refrigere. El ajo en polvo se puede usar en curry, guisos, chuletas y sopas.
A modo aproximado, para unos 500 gramos de ajo nos saldrá en torno a 150 gramos de polvo.
Modo de conservación
Siempre que se almacene en un lugar fresco y seco, nuestro ajo en polvo casero se mantendrá bien durante años. Eso sí, es importante asegurarse de que el ajo seco esté completamente frío antes de colocarlo en un recipiente hermético. A medida que se enfríe, liberará calor que podría provocar condensación y eventualmente hacer que el ajo se enmohezca. Además, la potencia del ajo seco disminuirá con el tiempo.
Consejo
Debemos evitar la tentación de aumentar la potencia del horno para acelerar el proceso. Podría quemarse el ajo mientras se seca, dando como resultado un producto final amargo.